Según la patronal de las ETT Asempleo, los contratos de menos de siete días casi se han duplicado tras la crisis y ya son uno de cada cuatro los nuevos empleos que presentan esta duración.

Ya en 2013 los empleos de menos

de una semana suponían el 13,8% de las nuevas contrataciones, cifra que ha ido aumentando: en 2014 subieron al 22,5% y actualmente, en el primer trimestre de 2017 los contratos de este tipo representan el 24,4% de los

nuevos contratos.

En total, en los tres primeros meses de 2017 se registraron 1.178.032 contratos con una duración inferior a la semana, cuando al empezar la crisis no eran más de 640.000.

El sector en el que más abundan este tipo de contratos es la hostelería ya que tres de cada diez contratos con duración de menos de una semana provienen de este sector. Le siguen los sectores de la industria manufacturera y las actividades administrativas y de servicios auxiliares.

En cuanto al perfil de los trabajadores que obtienen estos contratos de escasa duración son, en un 25%, personas con baja formación, mientras que en 2007 representaban el 13%. Por otro lado, los trabajadores con formación media o alta han bajado notablemente en el total de los contratos con duración inferior a una semana.

 

Si observamos los grupos de edad, ha descendido la presencia de los jóvenes en estos contratos, ya que en 2007 los menores de 25 años representaban el 33% y actualmente, el 20%. Se estima que seis de cada diez contratos inferiores a la semana son firmados por trabajadores con edades comprendidas entre los 25 y 44 años.

 

Fuente: Finanzas.com